Diario de Viaje Tam Coc

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Después de un largo viaje en guagua desde la isla de Cat Ba que tendría que haber sido de unas 3 horas, se convirtieron en unas 7 horas, puedo decir que estoy en otra de las paradas de este viaje que más ganas le tenía Tam Coc y que por supuesto no defraudo. Esa noche la aproveché para dar un paseo por la zona, cenar y preguntar precios para alquilar una bicicleta para el día siguiente.

Amanece el día con lluvia, pero eso no me quito las ganas de ir a alquilar la bicicleta, comprarme un chubasquero y hacer unos 40 kilómetros hasta el precioso complejo budista Bai Dinh, mientras por el camino me adentraba por todos los pueblos que me iba encontrando y disfrutando de su gente y sobre todo al pasar los niños te saludaban con un «hellou» y yo les respondía con un xin chao cosa que les hacía tanta gracia que se les dibujaba una sonrisa en sus caras, tuve la suerte de que era domingo y no tenían colegio, solo por eso mereció hacer más kilómetros y perderme por cada rincón que fui encontrando por el camino y su precioso paisaje.

Una vez en el recinto de Bai Dinh, tienes que pagar el parking 15.000 dongs y la entrada al propio recinto 60.000 dongs el cual te da acceso a que un coche eléctrico te lleve al inicio y otro te lleve a la salida, eso de que el recinto es gratis es mentira dado que si o si tienes que pagar para acceder. Sinceramente, merece muchísimo la pena dedicarle unas horas y descubrir todos sus rincones, personalmente estuve casi unas 5 horas en el recinto.

Y sí, caminas mucho, subes escaleras, bajas, pero lo disfrutas tanto que no te das cuenta de que llevas 5 horas sin parar, además dentro del recinto hay puestos de comida donde puedes comprar para reponer fuerzas y seguir descubriendo todos sus rincones.

Después de descubrir esa maravilla tocaba volver a por la bicicleta y seguir perdiéndome por el increíble paisaje de Tam Coc, hasta llegar a Hoa Lu la antigua capital de Vietnam, pero antes hice una parada en Dong Am Tien, donde sinceramente me sobro, me cobraron 5.000 por el parking más 50.000 por entrar, no es para nada una visita obligatoria dado que el paisaje que tienes ahí lo tienes gratis en cualquier rincón de Tam Coc, me sentí estafado si jajajajaja y lo peor que ya se estaba haciendo de noche y no pude entrar a Hoa Lu, dado que me quedaban unos 50 kilómetros para llegar a mi hotel, pero eso no quito que disfrutara del paisaje.

A la mañana siguiente volví a alquilar la bicicleta, esta vez había un sol y un calor que sinceramente prefería la fina lluvia del día anterior jajajajja. Mi primera parada sería la pagoda Bich Dong unos templos incrustados dentro de la montaña. En esta ocasión fueron menos kilómetros que el día anterior, pero los 60-70 nadie me los quito.

Antes de seguir a por el siguiente destino, tocaba hacer una parada para comprar agua y alguna chocolatina en el pueblo.

Mi siguiente parada fue el templo Thai Vi, sinceramente me sorprendió, además me esperaba una sorpresa un señor tocando el instrumento típico vietnamita, el dan bau.

Nuevamente, para llegar a mi destino, tocaba pedalear durante un buen rato, adentrarme por diferentes pueblos para acabar por la autopista con mi super bicicleta, mi siguiente parada era la pagoda Chua Vang que se encuentra en mitad de un lago y solo se puede acceder mediante barco.

En el pueblo de al lado se encuentra la maravillosa Chua Ky Lan, donde la entrada es gratuita, pero si cobran parking 5.000 dongs. Sin duda cada kilómetro que hice en bicicleta merecieron la pena.

Después de una riquísima comida cerca del próximo destino que era nada más y nada menos que la Mua Cave, una montaña de más de 500 escalones hechos de piedra y con un gran desnivel, además en el propio recinto se encuentran varias cuevas y un jardín de flor de loto toda una maravilla pasear por él.

La entrada al recinto vale 100.000 dongs, además de 5.000 dongs que cobran por el parking, por la carretera antes de llegar al recinto se te ponen literalmente delante personas para que entren en sus parkings, así que cuidado si vais en moto o en bicicleta, yo tuve que esquivar a una señora porque se me metió delante de la bicicleta. decides dejar a unos metros o justo en la entrada al recinto.

Fui a la hora del atardecer para poder disfrutarlo desde lo más alto, pero la cantidad de gente que allí se encontraba era bastante considerable, recuerda ir a tu ritmo, parar si lo necesitas y llevar agua, aunque a mitad de subida más o menos se encuentra un puesto que te vende de todo. Es una auténtica maravilla disfrutar de las vistas más el atardecer, eso si la cantidad de gente que se encontraba fui un punto muy muy negativo, pero es lo que tiene cuando es un reclamo tan de la zona.

Se iba acercando la hora de ir despidiéndome del increíble Tam Coc, pero eso si aún me esperaba un increíble regalo de camino al hotel, ese pedazo de atardecer entre sus montañas y sus increíbles arrozales, que por cierto el sonido de los arrozales con el viento es un placer.

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