¿Qué vas a hacer en Roma?

Diario de Roma

¡Hola, amigas y amigos! Mi nueva aventura comienza en la maravillosa Roma, capital de Italia. 

E aterrizado en el aeropuerto de Fiumicino, recuerda que dispones de dos aeropuertos en Roma, Fiuimicino y Ciampino. 

Mi traslado desde el aeropuerto de Fiumicino hasta el centro de la ciudad de Roma lo hice en traslado privado. Puedes conseguirlo aquí.

Mi alojamiento se encontraba a unos pocos minutos de Plaza Venezia, un lugar fantástico para explorar toda la ciudad. 

Mi primera parada no podría ser otra que el Monumento Nazionale a Vittorio Emanuele II, conocido también como Vittoriale, es un imponente edificio situado en la Piazza Venezia. El colosal monumento de 135 metros de anchura y 70 metros de altura está compuesto por decenas de majestuosas columnas corintias e interminables escaleras, todo ello realizado en mármol blanco. Una escultura ecuestre de Victor Manuel, primer rey de Italia tras su unificación, realizada en bronce, preside el conjunto y dos cuadrigas guiadas por la diosa Victoria coronan el pórtico de 16 columnas. Es uno de los edificios más llamativos de toda la ciudad. Sus impresionantes dimensiones y el brillo del sol reflejado en su blanco mármol hacen que sea el foco de las fotografías de miles de turistas cada día.

Vittoriale

Siguiendo la Via el Foro Imperial llego hasta el majestuoso Coliseo Romano. Llamado en la antigüedad Anfiteatro Flavio, es el anfiteatro más grande construido durante el Imperio Romano y el monumento más impresionante de Roma. Cada año lo visitan alrededor de 6 millones de personas. El Coliseo es el principal símbolo de Roma, una imponente construcción que, con
casi 2.000 años de antigüedad, te hará retroceder en el tiempo.

La construcción comenzó en el año 72 bajo el régimen de Vespasiano y termino en el año 80 durante el mandato del emperador Tito. Tras la finalización de la construcción, el Coliseo se convirtió en el mayor anfiteatro romano, con unas dimensiones de 188 metros de longitud, 156 metros de anchura y 57 metros de altura. Algo maravilloso que si estás en Roma tienes que ir si o si y dedicarle su tiempo, siéntete como un auténtico emperador o como un feroz gladiador, tú decides. Te recomiendo compras las entradas aquí. Dado que te saltaras una inmensa cola, además tendrás el acceso al Coliseo, Foro Romano y Palatino.

Coliseo Romano

Toda esa zona es maravillosa, te trasportará a la época romana, dado que a los alrededores está lleno de simbología de la época, tomate tu tiempo en el lugar dado que es maravilloso, pasea, siéntate y contempla toda esa maravillosa zona.

Mi siguiente parada es el Palatino. Ubicado a 40 metros de altura sobre el Foro Romano, el Monte Platino es la más céntrica de las siete colinas de Roma y compone una de las partes más antiguas de la ciudad. Está considerado la cuna de la capital italiana y se cree que estuvo habitado desde el año 1000 a.c.

Durante el periodo republicano, los ciudadanos romanos pertenecientes a las clases más altas se instalaron allí, construyendo
palacios, de los que en la actualidad aún se conservan importantes restos. Según cuenta la mitología romana que la cueva en la que vivía Luperca, la loba que cuido de Rómulo y Remo, se encontraba situada en el Monte Palatino.

Foro Romano

Ahora tocaba descubrir el espectacular Foro Romano. Representaba el centro neurálgico de la antigua Roma. En el Foro se
desarrollaba la vida pública, cultural y económica de la época republicana y el Imperio. Al finalizar el Imperio, el Foro Romano se dejó en el olvido y poco a poco quedo enterrado. Aunque en el siglo XVI ya se conocía la existencia y la ubicación del Foro, no fue hasta el siglo XX cuando se realizaron las excavaciones. Y gracias a eso, hoy en día podemos disfrutar de una de las maravillas romanas, paseando por sus ruinas y metiéndonos en la antigua vida romana como uno más. Algo indispensable y totalmente obligatorio visitar.
Recuerda comprar la entrada desde aquí y así evitar las inmensas colas.

A la mañana siguiente tocaba visitar el Panteón de Roma. Es una de las obras maestras de la arquitectura de la capital italiana. Es el edificio mejor conservado de la antigua Roma. Lo que más sorprende de la arquitectura son sus medidas, el edificio circular mide exactamente lo mismo de diámetro que de altura 43,30 metros. La fachada rectangular, que oculta la enorme cúpula, está
compuesta por 16 columnas de granito de 14 metros de altura, sobre las cuales se puede ver la inscripción “M.AGRIPPA.L.F.COS.TERTIVM.FECIT”.  Tienes que entrar y disfrutar de las obras de arte que alberga, así mismo allí se encuentra diversas tumbas de reyes romanos. Una muy buena zona donde descansar y contemplar el maravilloso Panteón con un helado de amarena. Queeeee riiiicoooooo!!!.

Panteón

Mi siguiente parada es la bellísima Plaza de Navona. Rodeada de preciosos edificios tales como la Iglesia de Santa Agne y el Palazzo Pamphili y ocupada por 3 impresionantes fuentes, Fontana dei Quattro Fiumi, Fontana del Moro y Fontana del Nettuno, uno de los lugares más bellos de Roma sin duda.

Plaza de Navona

Me seguí perdiendo por las calles de Roma, hasta llegar a mi castillo, el Castillo de Sant’ Angelo (venga vale, no es mío, pero casi jejejej). La construcción del Castillo comenzó en el año 135 bajo las órdenes del emperador Adriano, que pretendía utilizarlo como mausoleo para él y su familia.

Caminado hacia abajo llego hasta el famoso barrio Trastevere. Es uno de los barrios más agradables de la ciudad. Su aire bohemio y tranquilo es capaz de encandilar a los turistas, mientras que no deja de atraer a los asiduos ciudadanos romanos. La vida del barrio se concentra especialmente alrededor de la Piazza di Santa María, en la que se encuentra la antiquísima Basílica de Santa María. La gran fuente de enfrente del templo sirve como lugar de encuentro, para descansar o tomar uno de los mejores helados del mundo amarena.

Un paseo por las estrechas calles empedradas muestra tesoros como algunas modestas iglesias medievales o pequeñas tiendecitas con objetos muy peculiares, o bien algunas de las escenas de la vida cotidiana que parecen sacadas de siglos pasados.

Para terminar el día me acerque hasta el Circo Máximo. Situado entre los montes Aventino y Palatino, era un recinto alargado con espacio para 300.000 espectadores. La pista de arena, con unas dimensiones de  600 metros de longitud y 225 metros de anchura. Se realizaban diferentes competiciones donde destacaban las carreras de carros, en las que los participantes trataban de dar siete vueltas, muchos de los corredores eran esclavos luchando por su libertad. Mis expectativas fueron decayendo poco a poco, dado que a día de hoy apenas quedan restos, salvo una gran explanada, donde le tienes que echar imaginación.

Boca de la Verdad

Muy cerca del lugar se encuentra la Boca de la Verdad. Es una enorme máscara de mármol de fama mundial, de la que se cuenta que mordía la mano de aquel que mentía. Con un diámetro de 1,75 metros, está dedicada al dios del mar representado por un rostro masculino con barba, con ojos, la nariz y la boca perforados.

A la mañana siguiente me despierto con tantísimas ganas de seguir descubriendo todos los tesoros de la ciudad de Roma. Mi primera parada fue la bellísima y abarrotada Fontana di Trevi, con unas dimensiones de 20 metros de anchura y 26 de altura la convierten en la fuente más grande de la ciudad. Recuerda lanzar moneditas, seas o no supersticioso, total, siempre te quedará que tus monedas han servido para fines benéficos.

Fontana di Trevi

Callejeando llego hasta la cinematográfica Plaza España. Es uno de los lugares más concurridos de Roma. Su monumental escalinata es un lugar de encuentro de romanos y turistas. La escalinata cuenta con 135 escalones, donde sentarse y disfrutar de un rico helado de amarena es totalmente recomendable.

Plaza España

De regreso me topo por casualidad con el Área Sacra, es la zona en la que se encuentran las ruinas de los templos más antiguos que se conservan en Roma. En la actualidad se encuentra dominada por cientos de gatos. Te recomiendo visitarla de noche, dado que la iluminación dorada lo hace más especial.

Sin duda Roma es una de esas ciudades donde perderse por sus calles es todo un placer, porque no sabes que te vas a encontrar, quizás una ruina del Imperio Romano al lado de un supermercado, un maravilloso mercadillo… Sin duda una ciudad para hacer kilómetros y kilómetros y olvidarse de todo. No era un adiós, sino un hasta luego.

Si tienes alguna duda no dudes en contactar conmigo aquí.