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¿Qué vas a hacer en Viena?

Diario de Viena

Bienvenidos a Viena, me encuentro en el aeropuerto de Viena – Schwechat, el siguiente paso es comprar un billete de tren para llegar a la estación central de Viena. Compre el billete de la compañía obb, no tienes que validar este billete dado que va cerrado para el trayecto.

Una vez llegue a la estación central, justamente al salir de la misma por la zona donde se encuentra McDonald’s. Justo enfrente están las paradas de guagua (autobús). Eso ya depende de donde te alojes, dado que quizás, no sea conveniente bajarte en la estación central, sino en alguna otra. Recuerda comprar el ticket de la guagua (autobús) y validarlo una vez subas a la misma en un aparato azul. Los tickets del transporte público sirven para todo, es decir el ticket que compras te sirve tanto para metro, guagua (autobús) ect…

Me alojé en el Hotel Pensión Baronese, a unos minutos del ayuntamiento. Una habitación antigua como de época, la cual rompía su estilo, una gran pantalla plana. El hotel era mitad zona residencial y mitad era el propio hotel.

A la mañana siguiente empecé a explorar la ciudad, empezando por el majestuoso ayuntamiento de Viena y su precioso parque justo enfrente, en este es donde se hace el famoso mercado navideño.

Es un edificio muy importante en la ciudad, dado que es la sede oficial del alcalde, y el lugar de reunión del senado y del parlamento regional. Tiene una torre central de 97,9 metros de altura y justamente arriba hay una estatua de un hombre de hierro.

La siguiente parada es el “parque del pueblo” Volksgarden, sus maravillosos rosales, sus jardines muy bien cuidados y el templo de Teseo que fue construido en 1820. Sin duda le da un toque bastante peculiar al parque.

Justo debajo del parque nos encontramos Heldenplatz, desde aquí se obtiene la mejor vista a Hofburg, quizás os suene porque desgraciadamente desde su balcón fue desde donde Hitler proclamo la anexión de Austria al Reich alemán. Un imponente edificio con la estatua central del emperador Franz Joseph I. Un lugar donde ir con calma, y disfrutar.

Hofburg

El patio interior de Hofburg puedes encontrar el monumento al emperador Francisco. Como viene siendo habitual, Viena es una ciudad para verla sin prisas, porque a cada lado que mires verás muchos detalles en sus edificios y estatuas.

De aquí pase por el famoso museo de Sisi y la escuela de equitación española, para llegar a la preciosa Michaelerplatz, donde puedes ver la preciosa fachada y entrada a Hofburg. También puedes ver las ruinas de la antigua muralla.

Mi siguiente parada es la preciosa Maria Theresien Platz, donde puedes encontrar dos edificios muy similares que alberga, el museo de historia natural y el museo de historia del arte. Un precioso parque en medio de los dos edificios, alberga una imponente estatua de Maria Teresa I la emperatriz, de unos 20 metros de altura. Otro de los lugares de Viena a los que ir sin prisas.

Seguí caminando hacia abajo hasta llegar a Buggarten, un precioso parque donde puedes encontrar una estatua de Mozart. Yo cuando fui estaba en reparación y no pude contemplar la estatua en todo su esplendor, pero aun así añadir que el parque es una parada obligatoria en tu viaje por Viena.

Justamente al lado te puedes encontrar con el famoso museo de Albertina, que alberga una de las más extensas colecciones gráficas del mundo, con aproximadamente 65.000 dibujos y cerca de un millón de grabados. Consigue tu entrada aquí

La siguiente parada no podía ser otra que ir a probar la famosa tarta Sacher, en el propio hotel Sacher donde se creó dicha tarta. La historia de esta tarta, es bastante curiosa, dado que el cocinero principal se puso enfermo y el ayudante tuvo que crear una tarta para la ocasión. Y creo la famosísima tarta Sacher.

Una vez probada la tarta, el siguiente paso fue ir a ver la Ópera de Viena, un imponente edificio. Donde alberga la compañía más importante y conocida a nivel mundial, además de constituir el centro neurálgico de la vida musical vienesa.

La siguiente parada es el mercado de Naschmarkt, donde puedes encontrar flores, pan, carne y todo tipo de alimentos. El propio mercado comparte espacio con restaurantes. Es bastante estrecho para mí, me sentí hasta un poco agobiado.

De ahí seguí hacia mi próxima parada, que era nada menos que la impresionante iglesia de San Carlos Borromeo. El templo tardo 25 años en ser construido y fue una promesa del emperador Carlos VI. Cuando la ciudad fuera liberada de una pandemia de peste que sufría. Lo más llamativo de la iglesia es su hermosa cúpula y las dos grandes columnas exteriores inspiradas en la columna Trajano de Roma, con una decoración en espiral que representa escenas de la vida de San Carlos Borromeo.

San Carlos de Borromeo

Mi siguiente parada es el Palacio de Belvedere y sus preciosos jardines. El palacio fue construido como residencia de verano del príncipe Eugenio de Saboya, en la actualidad se ha convertido en un museo del arte. El conjunto del Palacio de Belvedere lo componen, dos palacios y un precioso jardín francés que une a los dos. Si no dispones de demasiado tiempo como para verlo por dentro, aprovecha el tiempo que tengas y no dejes de perderte sus jardines. Un lugar donde puedes sacar unas bonitas fotos y un lugar para sentirte un “rey de la época” Consigue las entradas aquí

Jardines Beldevere

El parque de la ciudad Stadtpark es el preferido tanto para los vieneses como para los turistas que visita la ciudad. Abierto al público desde 1862, es uno de los parques más antiguos de Viena. El parque abarca una extensión de 65.000 metros cuadrados, a lo largo de los cuales florece una larga variedad de especies vegetales. El río Wien divide el parque en dos. Uno de los lugares más fotografiado del parque es el monumento a Johann Strauss, una estatua dorada de bronce. Es más que recomendable perderse en la inmensidad de su verdor.

Tocaba comer, y por supuesto tocaba probar un maravilloso schnitzel. Un filete de ternera o cerdo, empanado. También pude probar un gordon blue riquísimo, el lugar que escogí fue Zum Bettelstudent, un lugar que de verdad recomiendo. Muy bien de precio, abundante comida y sobre todo muy buena.

Situada en Stephansplatz, en pleno corazón de la ciudad de Viena, la Catedral de San Esteban (Stephansdom) es la sede principal de la archidiócesis de Viena. La catedral de Viena está coronada por una gran torre con forma de aguja, con sus 137 metros de altura, en la parte posterior de la catedral se puede ver el tejado de los azulejos, formado por más de 250.000 azulejos que tuvieron que ser restaurados tras la II Guerra Mundial.

La ubicación de la catedral es fantástica, una plaza muy animada con muchísimas tiendas, restaurantes y mucha vida tanto de los vieneses como de turistas, además muy cerca de ahí puedes encontrar la columna de la peste, dedicada a la Santísima Trinidad y construida en honor de las víctimas de la peste.

Justamente enfrente de la catedral de San Pedro, aprovecha que estás por la zona y visítala. Ya iba camino del hotel cuando vi la iglesia votiva, la cual recomiendo visitar sinceramente su fachada llena de gárgolas y ese estilo gótico, el cual fue todo un acierto, acércame hasta ahí. 

Y con esto se acercaba el final de mi viaje por Viena, una ciudad encantadora llena de edificios muy representativos de época que vemos en las películas. Sin lugar a duda, una ciudad donde perderse es todo un acierto. Disfruta de la tranquilidad de sus numerosos parques, imagínate en la época con esos edificios tan característicos y disfruta siempre viajando!!!

Si tienes alguna duda puedes contactar conmigo aquí.