Ahorra en tu hotel - hotelscombined.es
Free tour por Chiang Mai

Guía de Chiang Mai

Me despierto bien temprano para decir hasta luego a la alocada Bangkok y partir a mi nuevo destino, la preciosa Chiang Mai. En esta ocasión salgo desde un aeropuerto diferente al cual llegue a Bangkok. Concretamente desde el aeropuerto Dong Muang. Nuevamente, utilice la aplicacionde Grab para hacer el traslado del hotel de Bangkok hasta el aeropuerto. Viaje con la compañía Bangkok Airways, decir que de lo mejor lo siguiente jejejej. Una gran simpatía por parte del personal, increíble tanto los de tierra como los de vuelo. Tengo que añadir que además de todo lo mencionado te dan de comer en el propio avión, es decir un vuelo de poco menos de 1 hora, para mi sorpresa mi menú constataba de una especie de mantequilla queso, pollo con verduras y arroz y de postre una gelatina, acompañado con un vaso de zumo o agua. Me quedé bastante agradecido dado que no me lo esperaba para nada. Además, añadir que esta compañía tiene varias salas en diferentes aeropuertos de Tailandia. Para que tu espera sea más amena a coste 0 bath, donde puedes descansar, comer, beber… todo completamente gratis. Eso si es cuidar al cliente totalmente.

Llego a mi querida Chiang Mai, vuelvo a utilizar Grab para desplazarme hasta mi hotel We Terminal Hotel a unos pocos minutos del aeropuerto, y a unos 15 minutos caminando de la ciudad amurallada de Chiang Mai. Un hotel bastante cómodo con un personal muy agradable y que además tenían una pequeña piscina en la azotea.

Justo en frente del hotel hay un centro comercial bastante amplio con muchos servicios, restaurantes, ocio, tiendas, etc. Allí fue donde me comí otro de los mejores Pad Thai de mis aventuras por tierras Tailandesas. Me lo preparo una señora mayor que solo hacía reírse, qué felicidad tiene esa gente. Con mi pronunciación perfecta del saludo «Saba Dee Krap» y la reverencia creo que la hice más feliz aun. Por supuesto, después de entendernos que quería comer un Pad Thai de gambas. Llegaba la hora de volver a sacar mi pronunciación para decirle a la señora «Mai Pet» (No picante) porque en Tailandia le gusta todo muy picante o muy dulce.

Dejando atrás a la amable señora, me dispongo a visitar Chiang Mai sobre todo por fuera de la ciudad amurallada. Empiezo por el templo plateado, como bien su nombre dice, es de plata tallada totalmente a mano con muchos símbolos e historias en sus paredes. Añadir que solo pueden entrar hombres dentro del templo, pero las mujeres si pueden entrar al recinto.

Templo de Plata, Chiang Mai

Una vez recargado de energía, paseo por la calle Wua Lai los sábados hacen un mercadillo en toda esa calle. Donde puedes encontrar muchos puestos de comida, ropa, recuerdos, etc. Para mi asombro no recuerdo exactamente la hora, pero se empieza a escuchar un himno y veo que todo el mundo deja de hacer lo que esté haciendo y permanece quieto, hasta que termina el himno, esto no me había pasado en Bangkok no sé si porque a esa hora dio la casualidad que estaba en el hotel o algo. Fue la verdad que bastante emotivo para mí, dado que no es algo habitual.

De camino al hotel me topé por sorpresa con un mercado de comida increíble y totalmente recomendado, donde apenas me tope con turistas y si muchísima gente local. Kadmanee Market, donde la oferta gastronómica era increíble y además todo tenía tan buena pinta que no sabía qué probar. También disponía de una zona para comer alrededor de una fuente, música, un sitio bastante local y muy bien cuidado en todos los sentidos.

Kadmanee Market, Chiang Mai

A la mañana siguiente tocaba visitar la ciudad amurallada y disfrutar de todas sus calles y los cientos de templos que alberga. En Chiang Mai a diferencia de Bangkok en muy pocos templos, tienes que pagar entrada y si no recuerdo mal lo máximo que pague fueron 20 bath.

Empece visitando Wat Lok Moli, está justamente al cruzar la muralla y la especie de fosa que la rodea, un poco más abajo te encuentras Wat Chiang Yuen y el Wat Pa Pao, visita obligatoria a cada uno de ellos. Además, era noviembre y estaba todo decorado para el Loy Krathong, la ciudad de por sí me enamoro, pero además le añadimos el hecho de que todo estaba decorado para la festividad y claro, eso es un plus más que añadir.

Llegue a otro templo maravilloso como es el Wat Chiang Man con su pagoda central tallada en piedra con formas de elefantes y sus jardines increíbles y con mucha paz. Wat Phan On fue la siguiente parada y de mientras me perdía por las calles de Chiang Mai me encontraba a gente tan amable «Saba Dee Krap» y seguía con una sonrisa de oreja a oreja.

El Wat Phra Sing una pagoda enorme dorada en el centro de un gran jardín al lado de un precioso templo, creo que no tengo nada más que añadir, qué felicidad para mis 5 sentidos prácticamente.

Wat Phra Singh, Chiang Mai

Sin duda esta visita es totalmente obligatoria, las figuras de cera de los monjes ya fallecidos en estos templos es de un realismo increíble e impresiónate directamente parecen de verdad.

Otra visita obligatoria es el Wat Jen Lin, precioso recinto con un estanque y un puente realizado con cañas de bambú, donde me senté y sentí una paz interior conmigo mismo, como no había sentido antes, pase como varias horas sentado ahí.

El siguiente destino fue Wat Chedi Luang, una lástima que la pagoda central está en reformas, pero el recinto es muy grande y alberga varios templo con diferentes formas de buda.

Otra de mis paradas obligatorias fue Wat Phantao un templo totalmente construido de madera de teca, donde al anochecer y por la víspera del día grande de la festividad del Loy Krathong. Hicieron una ceremonia budista, donde niños monjes con su maestro rezaban al buda, sin duda, algo muy religioso y precioso a su misma ves, dado que estaba todo decorado con los farolillos de colores y al terminar también soltaron los farolillos al cielo.

Chiang Mai está llena de templos por todas sus calles, mi recomendación es que visites los máximos posibles, no te arrepentirás, además muchos de ellos no aparecen en google map.

Al siguiente día tocaba subir hasta las montañas de Chiang Mai al majestuoso Wat Phra That Doi Suthep. Le pregunté a un conductor de una furgoneta roja para que me subiera hasta dicho templo, dicho y hecho, ya me encontraba por encima de las nubes y aún me tocaba subir muchas escaleras, pero con un paisaje de árboles fue todo más ameno, un gran dragón recorría toda la escalera, y eso que aún no había llegado al templo, pero ya iba con la boca abierta con lo que veía y sentía.

Doi Suthep, Chian Mai
Por fin ya estaba arriba, ahora tocaba recorrer todo el recinto y sentir todas las sensaciones que me producía a cada paso que daba. Un recinto grande donde albergaba varios templos y una pagoda central dorada. Por la mañana temprano estaba lleno de nubes y no se podía contemplar las vistas, pero a lo largo de la mañana se fue aclarando para mí jejeje y pude tener unas vistas desde las alturas de todo Chiang Mai.
Doi Suthep, Chiang Mai

 Cuando decidí irme baje caminando la montaña, sinceramente me pareció mucho menos cuando subía con la furgoneta jajajaj es mucho siiii, imposible no, pero si mucho, además de la humedad, el calor y un pequeño susto que me dio una serpiente o yo a ella porque yo salte y ella corrió aún más rápido jajajajaja.

Llegue hasta un puestito en la carretera donde tenían una pequeña barbacoa, cocinaban pinchitos de pollo, carne, y piñas. Sin lugar a dudas fue mi salvación, como siempre muy simpáticos me atendieron y me explicaron de que parte eran los diferentes tipos de pinchitos que tenían en la barbacoa. Después de una pequeña charla por así decirlo, compre varios y seguí mi camino montaña abajo siguiendo la carretera. Iba tan feliz comiéndome los pinchitos y saludando a todas las motos y coches que pasaban, hasta que de una casa salió un perro que me acompañaba por el camino, no sé si es porque quería mis pinchitos o quería ser mi acompañante, total que solo avanzamos unos metros y veía que seguía conmigo entonces, en ese momento me pare y pensé un poco. No me lo puedo llevar, y mucho menos que se separe de la casa y venga conmigo, así que decidí darle los pinchitos, se los puse en un hueco fuera de la carretera, lo deje allí comiéndoselos y proseguí mi camino.

Esa noche era la noche, el Loy Krathong, había fiestas por todos los templos, por todas las calles la gente acudía a los templos, en sus casas hacían celebraciones o se acercaban a la orilla del río Ping. Donde hacían sus ofrendas en formas de pequeñas balsas decoradas con flores, velas e incienso. Que simbolizaban en dejar las partes negativas de uno mismo, además muchos creen que es símbolo de buena suerte y agradecimiento a la diosa del agua. Así atraen la buena suerte para el siguiente año.

Mi Loy Krathong

 En Chiang Mai también se celebra el Yee Peng que a diferencia del Loy Krathong este son los farolillos que se lanza al cielo. También son ofrendas para que se vaya todo lo malo, lo negativo y que se quede solo lo bueno.  Si acudes a estos festivales sé muy respetuoso con la gente local sobre todo.